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Cuando alguien te dice las palabras sal y agua, tu mente probablemente va directamente al océano. Parece extraño que la gente tenga piscinas de agua salada, pero es cierto. Y aunque hay puntos comunes en ambas opciones, la principal diferencia entre las piscinas de agua salada y las tradicionales es cómo se sanean. Una piscina tradicional utiliza productos a base de cloro, por ejemplo. Hoy en Piscinas Lara, nuestros expertos explican en qué se distinguen ambas alternativas.

 

Cómo se sanean las piscinas tradicionales

 

En su mayor parte, desinfectar una piscina tradicional implica tratar regularmente el agua con cloro. Hay un clorador unido al sistema de filtración que dispersa el agente de limpieza, y el propietario o la persona encargada del mantenimiento de la piscina agregará cloro de forma programada, que suele ser semanal o quincenalmente.

 

Saneamiento de una piscina de agua salada

 

Un sistema de agua salada funciona un poco diferente. Los dos componentes principales de este tipo de sistemas son la celda de sal y la caja de control. La celda de sal está conectada a la caja de control a través de dos piezas de metal.

Una carga eléctrica desde la caja de control a través de las placas de metal inicia un proceso llamado electrólisis. El agua fluye a través de la célula de sal y la sal que lleva consigo se convierte en ácido hipocloroso. El cloro que se usa en las piscinas tradicionales es una forma de ácido hipocloroso.

En las piscinas de agua salada, no se agrega nada al agua para desinfectarla. Puedes controlar la cantidad de sal que se mezcla con el agua en un momento dado a través de la caja de control. Tendrás botones que lo harán fácil de controlar. También puedes realizar un “choque” en la piscina usando el modo de refuerzo de la caja de control, que genera sal en un nivel máximo para que la piscina se limpie rápidamente.

 

Beneficios de un sistema de agua salada

 

El principal beneficio que las personas aprecian sobre el sistema de agua salada es que no tienen que trabajar con el cloro. Está presente en el agua a través del ácido hipocloroso, por lo que no es necesario manipularlo de ninguna manera.

Eso no significa que no haya cloro en la piscina, pero como se diluye, es menos áspero. Además, después de que hayas agregado la sal, la caja de control será la encargada de hacer el trabajo, y no tendrás que echar cloro regularmente en la piscina. Solo tienes que usar la caja de control para controlar la salida de sal.

Si te pones en contacto con un profesional, pueden informarte de si un sistema de agua salada es adecuado para tus necesidades. Así podrás sopesar los pros y los contras que se aplican a tu caso para decidir si un sistema de agua salada es la opción más adecuada para tu piscina.

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