Cómo convertir una piscina verde en cristalina de forma fácil y rápida
Tener una piscina en casa es una solución fantástica, especialmente durante el verano. A fin de cuentas, no hay nada mejor que celebrar una fiesta en la piscina o simplemente tomarse el día para disfrutar de los rayos del sol. Sin embargo, el buen clima no es eterno y los cambios estacionales obligan a los usuarios a poner su piscina en hibernación.
Pero, ¿qué pasa si -después el invierno y al retirar la cubierta- el agua luce verde y sombría? Evidentemente, no parece refrescante -ni saludable- y es una clara muestra de que necesita un buen mantenimiento.
La buena noticia es que ese aspecto verdoso es muy fácil de solucionar y, lejos de lo que las personas piensan, puede hacerse en un par de días.
¿Por qué el agua de la piscina se pone verde?
En palabras simples, se debe a un desequilibrio entre la alcalinidad y el pH. Cuando estos dos valores se encuentran por debajo del límite recomendado, el agua se convierte en el ambiente perfecto para el nacimiento y proliferación de algas. Para evitar la formación de estas molestas plantas, se debe combinar el uso de tratamientos químicos con un sistema de filtración adecuado, pero -una vez que se han manifestado- la única solución es el mantenimiento de piscinas.
Para hacerlo, los usuarios tienen dos opciones: llamar a una empresa especializada o solucionar el problema por sí mismos. Si estás en esta situación y deseas hacerlo por tu cuenta, bastará con que sigas estos sencillos pasos:
1. Remueve las algas de la piscina
Suena desagradable, pero no tiene que serlo. Usa la red para limpiar la superficie del agua y un limpiafondos manual -preferiblemente con cepillo- para remover los depósitos de algas del suelo y las paredes. Recuerda conectar la manguera y vaciar el prefiltro para evitar que se acumulen las partículas.
2. Emplea un tratamiento de choque
Esto hará que el agua pase de un verde desagradable a un azul cristalino. Para empezar, verifica que el nivel pH esté entre 7,2 y 7,6 con un test de cloro y pH. Si el nivel es el correcto, es hora del tratamiento químico. El cloro de choque es el más recomendado porque actúa de forma rápida y elimina la suciedad al 100 %.
Lee las instrucciones del fabricante para saber cuál es la dosis recomendada según el volumen de tu piscina. La mejor manera de aplicar el tratamiento es diluir los gránulos en un recipiente con unos 10-15 litros de agua. Vierte la mezcla en la boquilla de retorno del sistema de filtro y espera entre 8-10 horas para que haga efecto.
3. Deja que el filtro haga su trabajo
El sistema de filtro de la piscina debe estar encendido durante el tratamiento de choque. Deja que haga su trabajo durante 24 horas o hasta que la descarga se haya diluido por completo.
4. Comprueba el pH y refuerza el tratamiento
Apaga el sistema de filtro y comprueba de nuevo los niveles de pH y cloro. Si siguen bajos, es posible que tengas que repetir el tratamiento de choque una vez más. Cuando el agua luzca cristalina y el pH sea normal, refuerza el tratamiento con un alguicida y un clarificador de piscinas.
Espera unas 8 horas y usa el limpiafondos para remover las partículas restantes. Vuelve a encender el sistema de filtro por una noche y ¡listo! Podrás volver a disfrutar del agua cuando quieras.