La piscina es un medio ideal para disfrutar en familia o con los amigos del verano. Las altas temperaturas invitan a darnos un bañito junto a esas personas a las que tanto apreciamos. Pero disfrutar de la piscina con amigos también supone un riesgo a contagiarnos con ciertos virus y bacterias a los que nos exponemos cuando compartimos este medio acuático. Sin embargo, manteniendo el agua de la piscina limpia y desinfectada podemos reducir el contagio. En este post te contaremos como tratar el agua correctamente.
Todos aquellos que tienen una piscina en su casa han tenido dudas alguna vez sobre si es seguro bañarnos en una piscina con otras personas y si el coronavirus puede propagarse en el agua de la piscina. Cuando el agua de la piscina está bien tratada y se siguen unas medidas básicas de higiene, el contagio se reduce a cero. Por lo tanto, compartir la misma agua para darnos un baño en la piscina no supone absolutamente ningún riesgo de contagio de ninguna enfermedad, sin embargo, estar en el mismo espacio respirando el mismo aire o hablando de cerca sí que supone un riesgo de contagio de enfermedades o infecciones en general (no solo de COVID-19).
Antes de comenzar dándote unas pautas básicas para mantener la limpieza y desinfección de la piscina, debemos asegurarnos de que entiendes la diferencia entre ambos términos. La limpieza es el proceso de remover la suciedad del agua o las impurezas, mientras que la desinfección significa eliminar de manera específica las bacterias y los virus del agua. Por lo tanto, la limpieza es algo bueno para que la piscina luzca bien, pero lo más importante para evitar el contagio o la infección a causa de los virus y las bacterias es desinfectando correctamente el agua.
Para desinfectar correctamente el agua de la piscina necesitaremos cloro. La cantidad de cloro que debemos echar para que el agua de la piscina no suponga un foco de infecciones es 1 mg/l de cloro libre. Sin embargo, debemos utilizar este producto en su justa medida, sin excedernos con la cantidad y sin echar una cantidad insuficiente. Para comprobar que el agua sea un medio saludable para bañarnos debemos comprobar con frecuencia el nivel del pH del agua, que debe estar en un nivel de 7. Pero además de mantener el agua desinfectada es recomendable que los bañistas se duchen antes y después de cada baño.