Mantener el agua limpia y desinfectada es uno de los objetivos que tienen los propietarios de las piscinas. Es importante mantener la piscina en buen estado para que su estructura no se estropee a la larga, pero también para garantizar unas condiciones de baño favorables. Bañarnos en una piscina limpia y desinfectada puede salvarnos de una gran cantidad de bacterias y microorganismos, pero no debemos olvidar otros parámetros del agua que son fundamentales y de los que hablaremos a continuación.
Es fundamental, con los tiempos de pandemia que están corriendo, mantener el agua desinfectada en todo momento. No obstante, algo de lo que se suelen olvidar bastante las personas es de mantener el pH de la piscina en un intervalo correcto. La acidez o alcalinidad de la piscina son dos elementos que pueden marcar la diferencia entre un baño saludable de uno perjudicial y molesto para la salud. Para mantener este parámetro en buena posición será necesario ir comprobando cada cierto tiempo el pH del agua.
Condiciones óptimas para el agua de piscina
Lo mejor para bañarnos es que el agua no sea ni ácida ni alcalina, es decir, que se encuentre en un estado neutro. El estado neutro del agua se comprende entre un 7,2 y un 7,6. Un nivel inferior al 7,2 significará que el agua es demasiado ácida y esto puede provocar irritaciones y molestias en la piel y los ojos de las personas que se bañan. Si de lo contrario el agua se encuentra en un nivel superior al 7,6 tendremos un agua demasiado alcalina y esto significará que el cloro no está haciendo su trabajo de forma eficaz. Por lo tanto, tendremos un agua turbia y poco transparente. Esto también puede provocar esas molestias en la piel y los ojos, la garganta, los oídos, etc.
Si tenemos un agua alcalina, es decir, con un pH superior a un 7,6, necesitaremos aplicar un minorador de pH, para disminuirlo. Pero además de aplicar este tratamiento también será necesario entender por qué el pH de la piscina sube y solucionar ese problema para que no se vuelva a producir. El minorador combate este problema reajustando el nivel del pH hasta un nivel neutro y saludable. Pero si por el contrario el pH del agua se encuentra en un nivel inferior, de acidez, lo recomendable es emplear un incrementador de pH que podemos verter hasta observar que el pH se ha quedado en el nivel adecuado.