El agua, tanto para el interior como para el exterior de nuestra piel aporta muchos beneficios a nuestra salud. El agua aporta una gran variedad de ventajas a nuestra piel: elasticidad, tonificación, relajación de los músculos y además nos ayuda a evitar muchas enfermedades de la piel. Si además utilizamos el agua de nuestra piscina o zona wellness jugando con las temperaturas, mejor aún, ya que conseguiremos unos beneficios muy saludables.
Agua fría
Que el agua fría es beneficiosa para la piel es algo que todo el mundo sabe y se debe a la simple reacción que tiene la piel en contacto con el agua fría: se pone tersa. Esto se debe a que el frío activa la circulación de la sangre y aumenta la cantidad de oxígeno en la misma. Estas acciones mejoran algunos aspectos de nuestra salud como el funcionamiento renal y, además, nos ayuda a desinflamar el cuerpo. Además, notaremos nuestra piel mucho más tersa, reduciremos la inflamación, tendremos más luminosidad en la piel y en nuestro pelo.
Elementos spa y wellness en tu piscina
Con la edad y el tiempo perdemos la elasticidad de la piel y este efecto del paso del tiempo es muy difícil de controlar. Pero introducir accesorios para piscina tipo wellness, puede ayudarnos a retrasar el paso del tiempo y a reducir las arrugas. La elasticidad y la firmeza de la piel es algo que tiene una gran importancia e impacto en nuestra autoestima. Podemos optar por una cascada, unos chorros de agua, burbujas, una estación de masaje o un géiser.
El géiser consiste en un dispositivo subacuático que desprende chorros de agua y resultan en una corriente fuerte de agua que, al entrar en contacto con el cuerpo, le proporciona un masaje muy relajante. La estación de masaje consiste en el hidromasaje mediante unas boquillas integradas en la pared de la piscina que expulsan agua. Estos chorros de agua hacen un masaje directo a los músculos proporcionándoles una relajación y destensándolos.
Las cascadas, además de ser un elemento con un impacto visual muy positivo son también un elemento que aporta un bienestar espectacular. Mediante el agua que sale de la piscina se consigue un masaje a las zonas musculares donde más molestias solemos sentir: el cuello y los hombros. El agua sale con presión y gracias a su fuerza podemos notar un gran alivio en esos músculos, pero también una gran relajación mental.