Llega el verano y siempre es necesario una buena puesta a punto para poder bañarnos. Para ello es importante tener el agua en condiciones aptas, por lo que tendremos que realizar el tratamiento adecuado. Un tratamiento correcto del agua se consigue con un buen análisis de la misma, por eso es necesario conocer cómo realizarlo con precisión.
Sabemos bien que el agua de nuestra piscina se puede ver afectada por muchos factores, como son las lluvias, los elementos del entorno o el cambio de temperaturas. Estos factores pueden hacer que sea necesario rellenarla. Siempre que lo hagamos será necesario llevar a cabo un análisis.
Métodos para analizar el agua de la piscina
Existen varios métodos para poder llevar a cabo el análisis del agua de nuestra piscina:
Tiras analíticas
Para poder analizar el agua, sumergiremos la tira en ella. Esta lleva solución reactiva, por lo que cambiará de color. Cuando se produzca el cambio, compararemos el color obtenido con la tabla que adjunta.
Analizador con reactivo
Este es el método más utilizado, ya que tiene un precio asequible y es muy sencillo de utilizar. Consiste en la toma de una muestra de agua a través de una probeta y añadirle la solución reactiva según el parámetro que pretendamos analizar. Como en el caso anterior, se producirá un cambio de color que habrá que comparar con la tabla.
Analizador digital
El analizador digital es preciso y no tiene complicación en su uso. En este caso sumergimos el aparato en el agua, el cual hará una lectura del parámetro que hayamos seleccionado. En algunos casos, es posible medir uno o varios parámetros, pero esto depende del modelo utilizado.
Parámetros
Los parámetros que debemos tener en cuenta a la hora de analizar el agua de nuestra piscina son:
Cloro
En nuestra piscina podemos encontrar distintos tipos de cloro:
- El cloro libre, que es el que elimina los microorganismos. Cuando ya los ha eliminado, desaparece.
- El cloro residual libre, que sería la fracción que queda del cloro libre tras eliminar los microorganismos. Este elimina aquellos microorganismos que puedan aparecer en los siguientes días.
- El cloro residual, que se queda en el agua, pero no desinfecta. Es el que genera el olor inconfundible de las piscinas y el que suele causar las irritaciones en los ojos.
El pH es el que indica la acidez o basicidad del agua. Dependiendo de su nivel, los productos químicos utilizados para el tratamiento del agua pueden reaccionar de forma distinta. Esta es una de las razones por las que es imprescindible controlar bien el pH. Debe encontrarse entre el 7,2 y el 7,6 para que el agua sea neutra. Si no es así, será necesario regularlo.
Mineralización
Tanto una mineralización muy alta del agua, como muy baja, son desaconsejables. Si el agua está poco mineralizada puede corroer los elementos metálicos del vaso de la piscina. Por otra parte, si está muy mineralizada, nos daremos cuenta por el sabor y el olor. También se verá incrementada su conductividad eléctrica.
Dureza
Cuando hablamos de la dureza del agua, estamos hablando de la cantidad de cal que contiene. Como ya sabemos, puede ser perjudicial, ya que suele incrustarse a las paredes y deja marcas blancas. Cuando se deposita en las tuberías y elementos de la piscina, los puede deteriorar, haciendo que no funcionen correctamente.