Cuando se trata de disfrutar de la piscina, de un buen baño y relajarse, no debe haber ningún problema que nos lo impida. Ni siquiera la alergia al cloro. El cloro es un elemento químico que se emplea para purificar el agua de la piscina y es un elemento muy importante. No obstante, si no se utiliza de forma adecuada o se emplea en exceso puede causar problemas en la piel y alergias. Si además el agua se encuentra en una temperatura alta, de más de 28 ºC, hay que tener más cuidado aún. Este puede ser el caso de spas y piscinas cubiertas.
La alergia al cloro es una reacción de nuestro cuerpo cuyos efectos son irritación de la piel, irritación ocular, mareos, molestias a la hora de respirar e incluso síntomas más graves relacionados con el asma, bronquitis y fibrosis quística. En la piel atópica, el cloro es muy perjudicial, ya que provoca la aparición de eczemas y reacciones cutáneas que, en ocasiones desconocemos su proveniencia y no nos damos cuenta de quién es el enemigo.
El cloro es un elemento químico que elimina los gérmenes y bacterias, pero también daña la superficie protectora de nuestra piel que nos protege contra las infecciones. Además de secar y dañar la piel, el cloro también afecta al pelo e incluso las uñas, dejando nuestro cuero cabelludo dañado e incluso con signos de dermatitis atópica. Si además los bañistas tienen problemas respiratorios como EPOC (enfermedad obstructiva crónica) u otras enfermedades respiratorias, es muy importante evitar la exposición a aguas con un exceso de cloro.
Soluciones para las personas alérgicas al cloro
Una manera de evitar las desventajas del uso del cloro es utilizando oxígeno activo para desinfectar el agua de la piscina. El oxidante, al liberarse en el agua destruye la materia orgánica sin dejar rastro. De esta manera evitamos las cloraminas provocadas por el sudor, orina, cosméticos, insectos, etc. Otra ventaja es que su disolución es rápida y no destiñe los revestimientos de la piscina. El oxígeno activo no cambia la dureza del agua como ocurre cuando utilizamos el cloro. Por ese motivo evitaremos alergias.
Sin embargo, el cloro siempre es una buena opción para desinfectar la piscina si se utiliza de forma responsable y en su medida justa. Cuando el cloro provoca alergias, normalmente se debe a la cloramina y eso tiene una solución muy sencilla. El sudor, la orina, los insectos y las hojas se pueden evitar si se realiza un uso higiénico de la piscina y se van retirando las impurezas provenientes del ambiente.