El bromo es un potente desinfectante para el agua de la piscina y tiene casi la misma capacidad de limpieza que el cloro. Sin embargo, es bien sabido que el cloro tiene una eficacia muy alta, por lo que el uso de un químico u otro depende de algunas circunstancias relacionadas con la piscina. Hoy hablaremos sobre cuál es mejor utilizar y en que situación, así como las propiedades del bromo y las ventajas de su uso.
El bromo es un halógeno oxidante cuya forma física es de líquido volátil. Si este químico está en un estado físico solido tendrá un color marrón rojizo mientras que si se encuentra en estado líquido es incoloro y cristalino. Puede sonar extraño y desconocido, no obstante, sin saberlo estamos rodeados de este químico a diario. El uso del bromo en las piscinas es todo un descubrimiento y un referente, sobretodo para el agua de las piscinas cubiertas, los spas y los jacuzzis.
Ventajas de la limpieza con bromo para piscinas
Si bien su uso suele hacerse en piscinas cubiertas o jacuzzi, este químico puede utilizarse en cualquier tipo de piscina y hará el mismo trabajo que el cloro. La primera ventaja destacable es que el bromo no genera olores desagradables como el cloro. El cloro cuando entra en contacto con flujos humanos (saliva, sudor, etc) y cosméticos desprende un olor desagradable que con el bromo no detectaremos.
Otra ventaja es que el bromo no irrita las mucosas como lo hace el cloro. Además el bromo no se deshace a causa de las altas temperaturas, ya que tiene mucha resistencia al calor. Pero la ventaja principal es que el bromo tampoco emana gases perjudiciales para la salud. Si utilizamos bromo para desinfectar las piscinas tampoco observaremos variaciones y alteraciones del pH y se mantendrá estable durante más tiempo. En fin, como podemos ver, el bromo tiene muchas ventajas.
El cloro tiene una composición de cloraminas que es muy eficaz a la hora de desinfectar el agua. Sin embargo, con el tiempo, su efecto va perdiendo fuerza. El bromo, por lo contrario, está compuesto por bromaminas y su efecto no disminuye. Así mismo, como hemos mencionado antes, no desprende olores, gases y no irrita. Esto lo convierte en el producto perfecto para el tratamiento del agua de piscinas cubiertas y spas. Por lo tanto, el bromo es un químico mucho menos corrosivo que el cloro y además su mantenimiento es mucho más fácil y tiene mucha más autonomía.