En el artículo anterior hablamos de trucos y consejos sobre el funcionamiento de los difusores de agua. Este sistema, como hemos visto, tiene un funcionamiento muy sencillo. Sin embargo, su instalación es más complicada y hay que hacerlo cuidadosamente. Una mala distribución de los difusores puede dañar tu jardín. Lo aconsejable es hacer es un estudio de cobertura de pluviometría.
Para que esto no ocurra es necesario hacer un dimensionado del jardín para después realizar la distribución de los dispersores. Como primer paso para la instalación debemos ubicar las tuberías, las electroválvulas y los difusores. Mide el perímetro del jardín que debes regar y ten en cuenta que la distancia entre los difusores dependerá del alcance que estos tengan.
El riego del jardín de tu piscina
Para que el riego sea uniforme trata de que se solapen un poco los alcances de los difusores. Pro la cantidad de agua también es un elemento importante. Por esa razón, el segundo paso es determinar cuánta agua se necesita para regar ese perímetro. Para ello puedes dividir el caudal total con el caudal disponible. De esta manera determinarás la cantidad de circuitos que te hacen falta para regar el jardín de forma uniforme. Cuanto más caudal tenga el dispersor, menos sectores tendrás que dividir.
El tiempo de riego es también un elemento a tener en cuenta. Hay que saber cuanta agua necesita el jardín ya que no siempre tendrá las mismas necesidades. En verano, las plantas del jardín requieren alrededor de unos 5 litros por metro cuadrado y teniendo en cuenta que los difusores normalmente aportan unos 40 litros de agua, el tiempo de riego que recomendamos programar cada día son unos 6 y 8 minutos al día.
La dosis de agua que deberemos aportarle al jardín depende del clima y el tipo de terreno. Por lo que as necesidades de riego serán diferentes según el tamaño de las partículas de la tierra. Si el terreno es arcilloso y tiene las partículas finas, absorberá el agua lentamente el periodo de riego tendrá que ser más corto ya que no se necesitará tanta agua.
Si se trata de un terreno arcilloso con partículas de tamaño medio la absorción será, evidentemente, media. Por lo tanto, el período y tiempo de riego tendrá que ser más largo pero menos frecuente. Si las partículas son grandes, se trata de una tierra que necesita períodos cortos de riego pero más frecuentes. Así que tendrás que repartir el ciclo de riego de forma inteligente durante la semana.