La mayoría de los propietarios de piscinas saben que el mantenimiento de la piscina no comienza y termina con la estación más calurosa del año, sino que este se debe realizar todos los días del año si deseamos tener un agua saludable, una piscina con unas paredes limpias y con una vida útil más larga y una apertura de temporada más fácil. Para ello es fundamental utilizar diversos dispositivos y productos químicos, sin embargo, lo más importante a la hora de llevar a cabo un buen mantenimiento de la piscina es el limpiador. Si has leído anteriormente nuestros posts, probablemente sepas que los limpiadores pueden ser tanto manuales como automáticos. Pero, ¿sabes cuál escoger para tu piscina? No te preocupes, a continuación, te explicaremos como hacerlo.
Limpiador manual, el dispositivo más efectivo
Como habrás leído en el título, el limpiador que mejores resultados te aportará a la hora de llevar a cabo la limpieza del agua es el manual. Si bien es cierto que además de ser efectivos y limpiar bien, son también los más baratos que encontraremos, también es cierto que requieren mucho tiempo y trabajo. Esto se debe a que, para realizar la limpieza, tendremos que poner en marcha nosotros mismos el limpiador y guiarlo por todos los recovecos de la piscina como si de una aspiradora se tratara. Tendrás que moverlo tu mismo, hacia adelante, hacia atrás, girarlo y llevarlo hasta dotas las esquinas de la piscina. Eso sí, harán su trabajo de maravilla y no dejarán rastro de suciedad.
Los limpiadores automáticos: cómodos y autosuficientes
Si cepillar, rascar o pasar la “aspiradora” por la piscina no son actividades que se encuentren dentro de tu lista de tareas diarias, probablemente prefieras un limpiador automático. Con ellos no tendrás que mover ni un dedo: ellos solitos se encargarán de moverse por toda la piscina y chupar o mover la suciedad. Si cuentas con los que chupan la suciedad, es decir, los limpiadores de succión, dispondrás de un dispositivo conectado a una manguera que, de forma autónoma y programada, se moverán por todas las paredes de la piscina llevándose toda la suciedad. Despídete del polvo, los insectos y las hojas, el limpiador de succión se lo tragará todo.
El limpiador a presión es otra opción interesante que también funcionan de forma independiente. Estos se encargan de retirar la suciedad con un chorro a presión y disponen de una bolsa propia en la que almacena la suciedad.