Poco a poco van llegando los días calurosos y no hay nada mejor que una piscina en casa, el lugar donde los niños aman pasar el tiempo en verano. La piscina puede ser un pasatiempo muy entretenido para los más pequeños, pero también una terapia muy buena para niños con necesidades especiales.
El medio acuático es el medio más adecuado para realizar deportes y tratar ciertos problemas de salud. Una de las enfermedades que mejor se pueden curar mediante la terapia en la piscina son los problemas de movilidad. El agua tiene una capacidad hidrodinámica gracias a la cual los movimientos dentro de la misma se pueden realizar de forma mucho más sencilla. Cuando nuestro cuerpo se sumerge en el agua detectamos una sensación de disminución del peso. Gracias a esto podemos realizar los movimientos de forma más sencilla e incluso movimientos que fuera del agua serían imposibles de realizar para estos pacientes.
Beneficios de una piscina para las necesidades especiales
Los movimientos dentro del agua son mucho más móviles y amplios. Los ejercicios dentro del agua se pueden realizar con fluidez y las tracciones y los estiramientos son también mucho más ligeros. En muchas ocasiones los pacientes con problemas de movilidad sienten dolores, molestias y cierta rigidez a la hora de realizar los ejercicios de la terapia en un medio normal. Dentro del agua la movilidad y el equilibrio aumentan considerablemente, mientras que los dolores y las molestias son inferiores. Si a todo esto añadimos el fortalecimiento físico que se consigue en la mayoría de los músculos de los pacientes, conseguimos una gran mejoría de la calidad de vida.
Esta terapia en piscinas suele ser muy recomendable sobre todo en niños y bebés, ya que son los que mejores resultados suelen tener. Es muy recomendable seguir la terapia acuática realizando simultáneamente otras terapias que se estén realizando, tanto de fisioterapia como otras modalidades. Sin embargo, es muy importante seguir los tratamientos mediante la supervisión de un fisioterapeuta. No hay que olvidar, además, que la terapia acuática puede obtener muchos más beneficios que cualquier otra terapia, sobre todo en casos como accidentes cerebrovasculares.
El agua tiene la capacidad de mejorar la ligereza y la fluidez del movimiento, ayudando al control sobre el cuerpo y adquiriendo un mayor equilibrio durante los ejercicios. Además, el agua proporciona una mayor comodidad a la hora de realizar los movimientos, ya que el impacto sobre los músculos, los huesos y las articulaciones es mucho menor.