Cuando hablamos de tratamiento de choque, estamos haciendo referencia a la acción de añadir una elevada cantidad de cloro al agua. Esta es una manera de mantener nuestra piscina en buen estado y también recibe el nombre de supercloración.
Como hemos indicado, consiste en incrementar en gran medida los niveles de cloro durante un período de tiempo corto. De esta manera, se desinfecta el agua y se acaba con las bacterias que pudiera haber. Llevarlo a cabo no requiere ninguna dificultad y resulta un tratamiento muy efectivo.
¿Cuándo hacerlo?
El tratamiento de choque de nuestra piscina es recomendable hacerlo, especialmente, en determinados momentos:
Inicio o fin de la temporada de uso
Si llevamos un tiempo sin hacer uso de la piscina, es necesario hacerle un tratamiento de choque. Habitualmente, suele realizarse cuando comienza el buen tiempo y podemos disfrutar de ella. En el caso de que veamos que el agua está especialmente sucia, tendremos que hacerle un doble tratamiento de choque.
Así mismo, también es recomendable realizarlo cuando finalice la temporada y la piscina vaya a estar sin utilizar. De esta manera, prevendremos mejor la aparición de algas y bacterias.
Semanalmente
Si utilizamos la piscina de forma asidua, es recomendable hacerle un tratamiento semanal. En el caso de que se utilice de forma más esporádica, no hay problema en hacerla cada dos semanas. Pero es importante no olvidarnos de llevarlo a cabo siguiendo una periodicidad.
Si se ha bañado mucha gente en la piscina
En el caso de que haya habido algún evento en casa, como puede ser una fiesta de cumpleaños, y se hayan bañado muchas personas, es recomendable un tratamiento. Todas las personas poseemos distintos tipos de bacterias que pueden alterar los equilibrios del agua, así como cosméticos o protectores solares.
Si ha habido una tormenta
Si se producen fuertes lluvias, o si llueve durante varios días seguidos, será necesario un tratamiento de choque. Estas lluvias pueden alterar los niveles de cloro, los cuales conseguiremos equilibrar de nuevo a través del tratamiento.
Si la piscina huele a cloro
Si observamos que hay un fuerte olor a cloro, significa que los niveles de cloro libre están bajos. Por lo tanto, con el tratamiento volveremos a elevarlos y a equilibrarlos.
Si se han producido deyecciones
Cuando hay niños en casa es habitual que esto ocurra. Si se ha producido alguna, es necesario limpiarlo y, después, hacer un tratamiento para que la piscina quede limpia en su totalidad y los niveles de cloro sean adecuados de nuevo.
¿Cómo hacerlo?
Existen distintos elementos para hacer la supercloración de nuestra piscina. Aquí te indicamos algunos pasos a seguir:
Mejor al ponerse el sol
Como la luz del sol reacciona con el cloro, es recomendable realizar el tratamiento en el momento en el que se ponga el sol. De esta manera, el nivel de cloro libre será mayor y la limpieza del agua será más óptima. Si no tenemos opción y se debe realizar durante el día, será necesario utilizar un estabilizador de cloro.
Utiliza protección
Los químicos con los que vamos a trabajar son fuertes, por lo que es imprescindible estar bien protegidos. El uso de gafas y mascarilla evitará que se produzca una inhalación de los mismos, con la consiguiente irritación de las mucosas. También el uso de guantes y prendas de vestir de manga larga nos ayudará a impedir que puedan entrar en contacto con nuestra piel y dañarla.
Disolución del producto
Muchos de los tratamientos de choque suelen venir en formato granulado. En este caso, lo tendremos que disolver. Para ello, haremos uso de un cubo para la mezcla, llenándolo con agua a dos tercios del total de su capacidad. Posteriormente, añadiremos 450 gramos de producto y removeremos bien para que la mezcla quede correctamente. Lo haremos de forma lenta, evitando salpicaduras. Si necesitamos mayores cantidades, es recomendable repetir este proceso varias veces, en lugar de poner mayores cantidades. Es importante que el producto se añada en segundo lugar, y no al revés, para evitar que pueda salpicar al añadirle el agua. Este procedimiento no será necesario si el producto que utilizamos es líquido y no granulado.
Verter la mezcla
Una vez realizada la mezcla, la verteremos mientras nos desplazamos alrededor de la piscina. Así lo iremos añadiendo, poco a poco, por los diferentes puntos de la misma. De esta manera conseguiremos que se reparta de manera más efectiva y pueda actuar mejor. Recuerda siempre echarlo de manera suave, evitando que puedan caer restos en el entorno o sobre nosotros mismos.
Dejar que actúe
Cuando realicemos el tratamiento, será necesario dejar un tiempo prudencial para que actúe y se lleve a cabo la limpieza del agua. Los productos pueden resultar nocivos para nuestra piel, por lo que el tiempo de espera no se debe obviar. De forma habitual, este tiempo será de, mínimo, 8 horas. Pero puede depender del tipo de producto que utilicemos. Para asegurarnos, siempre debemos consultar la etiqueta del mismo y seguir sus indicaciones.
Para comprobar que los niveles de cloro se han regulado tras haber realizado el tratamiento, haremos una prueba del agua y observaremos los resultados. En caso de que no se hayan equilibrado, es posible que tenga que repetirse el tratamiento. Igualmente, es recomendable hacer las pruebas de forma periódica del agua de nuestra piscina para cerciorarnos de que los niveles del pH y del cloro están correctos. De esta manera, evitaremos la aparición de algas y bacterias, así como posibles irritaciones o problemas derivados de un desequilibrio en los niveles.