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La otitis del nadador es una infección en el conducto auditivo externo que se produce por la acumulación de agua dentro del oído después de nadar, favoreciendo la proliferación de bacterias infecciosas. Aunque en un principio los síntomas son leves, pueden llegar a surgir complicaciones si no se trata la infección con los medicamentos adecuados. 

Síntomas de la otitis del nadador

Entre los síntomas que se pueden experimentar al comienzo de este tipo de otitis están: una molestia o picor leve, el enrojecimiento del canal auditivo y la secreción de un líquido claro e inodoro. Sin embargo, si la infección avanza, los síntomas se harán más agudos, manifestándose un aumento del dolor y la picazón dentro del oído, el aumento de la secreción de líquido, así como la pérdida de cierto grado de audición.

Ante una infección muy avanzada encontraremos síntomas como un dolor intenso en el oído (el cual podría extenderse a otras zonas de la cabeza y el cuello), la obstrucción completa del canal auditivo, fiebre e incluso la hinchazón de los ganglios linfáticos del cuello. Para evitar llegar a esta situación, es recomendable acudir a un médico ante la aparición de los primeros síntomas leves. 

Causas y prevención

Como hemos apuntado anteriormente, la otitis del nadador se produce por el exceso de humedad en el interior del canal auditivo causado por la acumulación de agua tras realizar actividades como nadar en el mar o la piscina. Además, debemos tener en cuenta que hay más posibilidades de sufrir una infección al nadar en aguas contaminadas, o si se tienen lesiones en la piel del oído a causa del uso de dispositivos como auriculares, o por la limpieza del canal auditivo con objetos no adecuados para esta tarea, como hisopos de algodón. 

Para prevenir la otitis del nadador deberemos evitar que se acumule agua en el canal auditivo. Por ello, es importante proteger los oídos a la hora de nadar con tapones y un gorro que cubra el pabellón auditivo. Al terminar de nadar, es aconsejable drenar el agua que haya podido acumularse inclinando la cabeza hacia los lados. Con una toalla suave se puede secar el oído externo. Otra recomendación a tener en cuenta para prevenir la otitis del nadador será evitar nadar tras haberse recuperado de una infección o haberse sometido a una cirugía, ya que en esos casos se es especialmente vulnerable. 

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