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El sistema de filtración de una piscina es la parte más importante para bañarnos en un agua limpia, desinfectada y clara. Aunque una piscina privada no necesita cumplir una normativa específica, es importante tener un sistema de depuración adecuado al volumen de la piscina. En el caso de las instalaciones de carácter público o comunidades de propietarios, es importante cumplir las normativas específicas de cada comunidad autónoma.

Sin entrar en las normas específicas, veamos los tipos de sistemas de depuración que existen y las ventajas de cada uno. Los skimmer, que se colocan en las ventanillas de las paredes de la piscina, es el sistema más típico para depurar piscinas de tamaño inferior. Es habitual en las piscinas pequeñas, ya que se recoge el agua de la superficie gracias al circuito de agua que vuelve a impulsar el agua depurada a la piscina. Por los skimmers entra la suciedad en una compuerta y un cestillo que filtra que las impurezas lleguen al motor.

Sistemas de depuración para piscinas

El rebosadero es otro sistema muy habitual en las piscinas. El nivel del agua llega hasta arriba de la piscina, pasa por una piedra, el rompeolas, para después pasar por la rejilla que rodea la piscina. Esa agua llega a la arqueta de compensación y se filtra mediante una bomba. Este movimiento se realiza gracias a la bomba, que introduce el agua al filtro y la devuelve limpia a la piscina. Las bombas pueden ser tanto de fundición como fabricadas de materiales termoplásticos.

Las bombas de fundición son aquellas que funcionan con un sistema de centrifugado removiendo grandes cantidades de agua. Lo bueno de estas bombas es que aguantan muchas horas funcionando. La única desventaja es que se deterioran con los productos químicos y sobre todo con la cloración salina. Las bombas hechas de materiales termoplásticos son aquellas que trabajan con cantidades de agua menores, ya que alcanza como máximo 5,5 caballos de potencia.

Los tipos de filtros que nos podemos encontrar son los de arena silícea, los de vidrio activo y los filtros de diatomeas. Los de arena silícea son aquellos que según el tamaño llevará distintas capas de granulometrías de arena y grava. Los filtros de vidrio activo vienen en sacos de 25 kg y tienen diferentes granulometrías. Las ventajas son que necesita menos lavados y la masa filtrante dura más. Los filtros de diatomea contienen unas telas verticales parecidas a unas costillas sobre las cuales se posan las diatomeas, un polvo capaz de filtrar en micras mucho mejor que los filtros anteriores.

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