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El verano suele ser la época del año preferida por los más pequeños de la casa. Durante ella pueden pasar más tiempo en el hogar, tienen más tiempo para el juego y para disfrutar de los juegos en familia. La piscina es un espacio ideal para pasar la temporada estival con ellos. En ella dedicamos buena parte de nuestras vacaciones y tiempo libre para entretenernos y refrescarnos. Pero hay un punto que no debemos olvidar nunca, y es mantener siempre la seguridad y vigilancia de los niños. A pesar de que puedan tener unas buenas aptitudes natatorias, es imprescindible estar con ellos durante el baño o juego en las zonas cercanas a la piscina.

Si estás pensando en construir tu piscina infantil, hay ciertos aspectos a tener en cuenta antes de ponerse manos a la obra. Aquí te hablaremos de ellos.

El suelo

A la hora de pensar en el suelo que vamos a poner en nuestra piscina infantil, deberemos elegir aquel que les resulte más fácil para moverse dentro del agua. Las piscinas infantiles no están pensadas específicamente para el nado, sino que se orientan al juego sin peligro mientras disfrutan del baño. Por ello, el tipo de suelo cobra una gran importancia, ya que debe permitir comodidad y destreza en el movimiento.

Algunas piscinas tienen azulejos o baldosas con detalles, que sirven de ornamentación. En el caso de este tipo de piscinas, es recomendable evitarlos, debido a la sensación que se puede producir en los pies al contacto con estos.

Respecto al suelo que se encuentra en los alrededores de la piscina, nos decantaremos por aquellos que sean antideslizantes. Así, evitaremos posibles resbalones que puedan producirse. De la misma manera, el uso de rejillas es muy recomendable, ya que impedirán que el agua se acumule y se generen charcos.

La profundidad

Podemos encontrar piscinas de distinta profundidad y nuestra elección dependerá de nuestras necesidades y gustos. Pero, en el caso de las piscinas destinadas al baño infantil, la profundidad debería ser muy pequeña. Por lo general, no suele superar el metro. Decantándonos por una profundidad que permita el baño sin peligro, estaremos evitando la limitación del baño por edades de los niños.

La cercanía a la vivienda

Aunque se trate de piscinas de menor tamaño y poco profundas, el baño de los pequeños siempre debe ser supervisado. Por esta razón, que la piscina se encuentre ubicada cerca de la casa es recomendable. De esta manera, podremos vigilarlos mejor y más cómodamente, además de tener a nuestro alcance cualquier cosa que necesitemos.

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